domingo, 19 de abril de 2015

UOE 1977-1978. POR TIERRA Y POR MAR VI

        El 1 de Septiembre de 1977,  ya con el machete y hojas de roble en el uniforme después de un año en Jaca, me presenté en el Tercio de Armada pasando destinado a la Unidad de Operaciones Especiales (UOE) de la Agrupación de Desembarco (AD): "Los Boinas", o simplemente "La Unidad". 
        La UOE renovaba esos días la mayor parte de los Oficiales; se me asignó la Sección de Capacitación; es decir, la escuela en la que durante dos meses se daba a la tropa el adiestramiento individual avanzado necesario para servir en la Unidad. En teoría los cursos se repetían cada dos meses ya que  los reemplazos llegaban con esa frecuencia. En ese tiempo lo que fundamentalmente se hacía era poner a prueba a los aspirantes para verificar su fortaleza mental y física, y su determinación para servir en la unidad.
        La Unidad seguía siendo un poco como la recordaba de los años 1971-1972,  aunque más madura, el mismo espíritu, con más prestigio, con un material que había mejorado significativamente, un alojamiento en un barracón nuevo, mejor selección del personal, una alta consideración en la Armada y algunos recelos en la IªMª que se sustanciaban en el temor de que aquella llegara a estimar que podría limitar sus aspiraciones anfibias y adoptar para la IªMª un modelo cómo el del GROUFUMACO de Francia.
        La doctrina de empleo de la Unidad estaba en proceso de elaboración, aunque había una excesiva orientación hacia el reconocimiento, dejando algo de lado las incursiones anfibias, que más adelante se englobarían en las llamadas de "acción directa" al adoptarse la doctrina americana. Lo que se había logrado era la sanción de algunos aspectos del empleo de la unidad y significativos avances en la elaboración de procedimientos tácticos para el empleo de aeronaves, buques de superficie y submarinos, toda una "revolución cultural", que en realidad constituía el complemento imprescindible para tener una unidad moderna.
        Subsistían los antiguos problemas derivados del encuadramiento en la Agrupación de Desembarco (AD), pues creíamos que la UOE  debería depender directamente del General del Tercio de Armada (GETEAR), que era quién iba a emplearla a sus órdenes directas o bajo otros mandos superiores de la Armada. El obstáculo consistía en que el concepto de Reconocimiento ataba la UOE a la AD, ya que esta carecía en sus Batallones de Desembarco de unidades de reconocimiento orgánicas. En la capa alta del reconocimiento se encontraba el Reconocimiento Anfibio, la especialidad de la UOE, que suponía la infiltración en la Zona Objetivo Anfibio (ZOA) con antelación a la llegada del cuerpo principal de la Fuerza Anfibia Operativa (FAO) en lo que se conoce como Operaciones de Fuerza Avanzada u Operaciones Previas.
CURSO DE CAPACITACIÓN 3º/77 y 4º/77
        Con la Sección de Capacitación tuve ocasión de dirigir dos cursos, que llevaban a la perfección dos excelentes Sargentos, veteranos de la Unidad, auxiliados por dos Cabos Monitores, también veteranos de la UOE. Con esa alineación y en plazo de dos meses debíamos preparar a los voluntarios del reclutamiento obligatorio que se ofrecían a servir en la UOE al finalizar su período de instrucción en Cartagena.
        El primer curso contaba con mas alumnos ("Capacitantes") pues se habían juntado dos reemplazos: el 3º/77 y el 4º/77 con cuarenta alumnos y un grupo de Cabos 2º Especialistas que se incorporaban a la unidad. Para el segundo curso, con el reemplazo 5º/77, no tuvimos mucho tiempo de preparación, pero lo empezamos con un equipo conjuntado y con la experiencia del anterior, aunque con la mitad de alumnos, pues solo estaba autorizado adiestrar a 20 soldados por reemplazo. A la finalización del curso quienes lo superaban eran ascendidos a Cabo 2º con la aptitud de Operaciones Especiales, lo que hacía que éste fuera el menor empleo en la unidad; no era mucho, pero era un reconocimiento a la especialización de la Unidad, y en la práctica suponía menos servicios en el cuartel y un poco mas de sueldo.
        La selección de personal comenzaba en el Centro de Instrucción de Infantería de Marina (CEIM), en donde se daban a los reclutas unas conferencias sobre las opciones que se le ofrecían, entre las que estaba realizar la Aptitud de Operaciones Especiales. Para conseguir seleccionar a los mejores se trasladaba al CEIM una comisión que daba unas explicaciones más detalladas sobre la UOE y se hacía una criba con las pruebas físicas de acceso al curso. No era una comisión fácil, pues había que luchar contra los que en el CEIM solo contaban lo que consideraban aspectos negativos, de todas formas los valientes nunca faltaron: pocos y buenos.
CURSO DE CAPACITACIÓN 5º/77
        El programa del Curso de Capacitación era eminentemente práctico y se había ido perfeccionando  en sucesivos cursos, aunque faltaba un programa más completo, bien desarrollado, con fichas de los ejercicios que incluyeran las zonas y todas las necesidades para llevarlas a cabo. Teníamos un programa elaborado en términos muy generales, con partes comunes con el Curso de Cabos 2º que se celebraba en el Tercio de Armada. El Curso de Capacitación, legalmente llamado Curso de Aptitud de Operaciones Especiales, llevaba unos cinco años en funcionamiento, y sus fundamentos eran la preparación física, la instrucción básica de combate y el tiro, sobre los que se efectuaban ejercicio tácticos sencillos,  prácticas de escalada, de embarcaciones, de supervivencia, evasión y escape, y con helicópteros, en un apretado programa que hacía que el darwinismo fuera la fórmula para seleccionar a quienes se incorporarían a los Estoles de la Unidad.
        La procedencia de los soldados era de lo más variada, una representación de todas las regiones españolas, sin excepción, demostrando que estaban hechos de una pasta especial, aquella que hace amar el riesgo, la aventura y el honor de lucir la boina verde al lado de buenos compañeros a los que anima el mismo espíritu.
        La unidad había identificado zonas de ejercicios muy buenas; las sierras de Cádiz ofrecían amplias posibilidades, la de Grazalema era la mejor pues en aquellos días todavía no era un Parque Natural. Allí se realizaban los ejercicios de combate y supervivencia. Las sierras de San Cristóbal, Ojen y Fates, y las playas que adornan la costa desde Tarifa a Cádiz también veían ejercicios tácticos, de embarcaciones, escalada y los de evasión y escape.
        La mayor parte de los ejercicios se realizaron bajo una climatología adversa, poniente fuerte y agua, propio del clima atlántico de Cádiz, mas acusado aquel año, de manera que cuando recibimos la visita del Coronel de la AD para presenciar un ejercicio de embarcaciones en la zona de Sancti-Petri, fue recibido con los honores de una fuerte borrasca. A duras penas pudo el Coronel  enfundarse en un poncho para acercarse a la orilla para intentar ver las embarcaciones en la rompiente, pues sus gafas azotadas por el agua y el viento, que le levantaba el poncho sobre la cabeza, le impedían ver lo que allí sucedía; total: un desastre, pero aprovechamos para hacerle nuestras peticiones sentados en la caja de un camión protegidos del temporal. No creo que se enterara de mucho, pero hizo promesas de atender a nuestras necesidades. 
MARCHA DE FANGO
        Uno de los primeros ejercicios que se efectuaban era la marcha de fango, que ponía a prueba la fortaleza de los "capacitantes" a los que conducían todo el cuadro de mandos de la Sección de Capacitación. Los días de supervivencia tenían un atractivo especial para la gente, que normalmente no habían sentido anteriormente la sensación de estar algunos días sin comer; el aprovechamiento de los recursos formaba parte de la instrucción. Este primer curso finalizó con el sacrificio de un cabrito -con unos cuantos trienios- que un pastor de Grazalema nos vendió gustoso; beber la sangre caliente no parecía del gusto de todos y aprendieron como un compañero gallego hacía unas filloas con la sangre; el fin de fiesta con un asado nocturno y abundante vino fomentaba los lazos de camaradería necesarios para servir en la unidad. En el siguiente curso repetimos el ejercicio, pero esta vez fueron tres pavos los que contribuyeron a celebrar la noche de la víspera de Nochebuena.
SUPERVIVENCIA EN LA SIERRA DE GRAZALEMA
        El ejercicio de combate era el ejercicio estrella, con el que finalizaba el curso, e incluía una larga marcha y un golpe de mano, finalizando con la evasión y escape en la que la ambientación escénica era fundamental. Al ser ya al final, había pocas bajas, pues los alumnos veían la boina verde al alcance de la mano y además los lazos de camaradería hacían su labor para apoyar a los que tenían mayores dificultades o que arrastraban alguna lesión.
EJERCICIO DE EMBARCACIONES
        Al regreso al cuartel se efectuaba la ceremonia de entrega de boinas con toda la UOE formada, que en el primer curso se habían bien ganado los 21 soldados que lo acabaron de los 40 que habían comenzado. Pasados unos días el Diario Oficial de Marina publicaba la resolución que los nombraba Cabos 2º de Operaciones Especiales.
        La doctrina en vigor contemplaba para la UOE una organización operativa denominada Unidad Especial de Incursiones Anfibias (UNESIAN)  que se activaba, con composición variable, cada vez que surgía alguna contingencia, lo que en aquella época sucedía con cierta frecuencia; de esta manera en Noviembre, como consecuencia de la captura de unos pescadores españoles en aguas del Sahara se alistó la UNESIAN 19, en la que se incluyó el Portaaeronaves "Dédalo" con helicópteros de la 3ª, 5ª y 7ª Escuadrillas, un par de escoltas y el LSD "Galicia" con la UOE a bordo y una Sección de LVTs. La UOE había destacado a Marín el 1º Estol para colaborar con los alumnos de Infantería de Marina de la Escuela Naval, de manera que en base a los que acababan de terminar el Curso de Capacitación, con refuerzos de personal, se constituyó otro Estol, para inmediatamente comenzar un adiestramiento intensivo orientado a la misión. Se embarcó el material, munición, vehículos y el Trozo Avanzado, pero la orden de salir a la mar finalmente no llegó, pero del alistamiento se extrajeron importantes lecciones que se aplicarían en el futuro inmediato.
  
PORTO PIRASTU
        En ese mes se estaba formando un Grupo Táctico (GT) para participar en el ejercicio italiano "Sardinia 78", que tendría lugar en Cerdeña,  lo que suponía un desafío, ya que era la primera salida del Tercio de Armada al extranjero a un ejercicio con países de la OTAN, de la que no éramos miembros, aunque la experiencia en ejercicios con las fuerzas anfibias de los EEUU era ya abundante. El GT iba al mando de un Comandante, futuro Comandante General, y mi antiguo profesor en la Escuela Naval. El GT constaba de una Compañía de Fusiles, con refuerzos de Morteros de 81mm, Cañones sin Retroceso de 106mm, Zapadores, una Unidad de Reconocimiento Anfibio de la UOE, y una unidad de apoyo logístico. La fuerza llevaba una potente Plana Mayor, en la que inicialmente me integré como Oficial de Inteligencia (S-2) para el planeamiento.
        La fase de adiestramiento anfibio incluyó una salida a la mar a bordo de las LST en la que practicamos el Plan de Desembarco, que llevaría en dos olas de LVT a la 1ª Compañía del BD1, seguida de unos viajes de LCU americana, por lo que hubo que practicar la complicada maniobra de "boca a boca" entre una LST y una LCU y de esa forma  poder desembarcar los vehículos de rueda del segundo escalón con las armas colectivas y los aprovisionamientos, pues la playa de Porto Pirastu que nos habían asignado no era más que el fondo de una vaguada de escasos metros de arena y piedra, en la que era imposible varar una LST.
        A esta fase le siguió la de Adiestramiento en la Estación Naval de Tarifa, que estuvo más orientada al mando y control y al combate en tierra, en la que la Plana Mayor practicó la conducción y control de la unidad, aprovechando la Plana Mayor para redactar la Orden de Operaciones y traducirla al inglés; tardaría en llegar la época en que se redactarían directamente en esa lengua. 
        Nuestro equipo individual no estaba en primera vida y para intentar solventarlo en parte nos entregaron antes de salir a la mar unos chaquetones nuevos de color gris y un gran cuello a los que bautizamos como "cervantinos", que al menos estaban nuevos. Después de las dos fases conseguimos tener una unidad bien conjuntada bajo el mando de un jefe de carácter, determinado a tener éxito en el ejercicio.
CAPO TEULADA
        Al acabar la Fase de Adiestramiento volvimos a Cádiz para embarcar en las LST "Martín Álvarez" y "Velasco" e integrarnos en la FAO/FD multinacional, que incluía el Escuadrón Anfibio de la 6ª Flota (PHIBRON) y el de la Unidad Anfibia de Marines (MAU), además de las dos LST italianas, "Grado" y "Caorle" con el Batallón San Marco, y una LST Turca con una unidad de su Infantería de Marina. El mando lo ostentaban los comandantes americanos del PHIBRON/MAU.
        El tránsito se hizo con tiempo duro desde el principio. Hubo una escala en Cartagena de la que salimos con mar gruesa que se fue convirtiendo en temporal, lo que obligó a entrar de arribada en Mahón por el peligro de destrincado de los vehículos debido a los bandazos y cabezadas que daban los barcos. Era todo un espectáculo el ver desde el puente como se flexionaba el barco por la mitad de su eslora, pareciendo que iba a romperse. A las 24 horas con un metéo más favorable salimos en demanda del fondeadero de Capo Teulada, en donde tendría lugar el ejercicio.
ASALTO HELITRANSPORTADO
        En Teulada, después de la hora "H" me integré como oficial de enlace del BLT 3/6, presentándome en su puesto de mando para seguir desde allí el ejercicio, después de una larga peripecia a pie, en vehículo y en helicóptero, de manera que cuando le expliqué al Teniente Coronel del BLT mi retraso en presentarme y la aventura de llegar hasta allí; su escueta respuesta, mientras se volvía a mostrarme el mapa de situación, fue: what a fuck!...El BLT tenía un Puesto de Mando de libro, austero y muy funcional que me proporcionó muchas enseñanzas. Las asimetrías que teníamos con los americanos ya eran de sobra conocidas.
        Al finalizar la operación anfibia hubo una fase de adiestramiento combinado en tierra  en la que vimos como la cantidad de munición de consumo nuestra era bastante inferior a la de los americanos, y mientras nosotros todavía paseábamos el cañón sin retroceso de 106 mm,  ellos ya estaban equipados con los misiles contra carro "Dragón" y "TOW", además su Batallón contaba con una Sección de Vigilancia, Adquisición de Blancos y Observación Nocturna (STANO).  Los mas interesantes eran los ejercicios con los helicópteros CH46 y CH53 de los Marines. Se puede decir que la participación española en el ejercicio resultó muy positiva, cumplimos todos los objetivos y llovieron las felicitaciones.
        La escala en Cagliari nos proporcionó la oportunidad de disfrutar de esta ciudad de Cerdeña, que cuenta con abundantes vestigios de su pertenencia a la Monarquía Hispánica. En España el magnífico 2º Estol (Escaladores Anfibios) esperaba a un nuevo jefe.