martes, 18 de junio de 2013

FERROL Y SUS VISITANTES

      A finales de enero de 1911 se reunieron unidades de la Flota Británica de la Metrópoli al mando del Almirante May, con las del Atlántico y el Mediterráneo para efectuar maniobras en aguas próximas a las costas gallegas. No quedaba al margen de esta actividad el ejercicio de la "diplomacia de cañoneras" delante de las narices de las autoridades españolas, en especial las del Ministerio de Marina y las navales, quienes entregadas al Reino Unido para reconstruir nuestra capacidad naval, debían aceptar los efectos de esta diplomacia.


                              Acorazado "Dreadnought"

      Sin duda la decisión española fue de importancia estratégica de clara inspiración anglófila y el resultado de la presión de fuertes intereses económicos británicos representados en España por quienes veían oportunidad de negocio en la regeneración y reconstrucción de la industria nacional. Se podría haber escogido otra alternativa para reconstruir los Arsenales y la Armada después de los desastres del 98 y no la de entregarse con armas y bagajes al abrazo de oso de nuestro tradicional adversario en la mar, y lo que es peor aún, propietario de una colonia en nuestro territorio. Los españoles hemos sido tradicionalmente muy benevolentes juzgando los sacrificios que se nos exigen en el altar de la modernidad, pero esa ya es otra historia.



                              Acorazado "Saint Vincent"
        Revisando cajas antiguas redescubrí la existencia de una colección de negativos de pares estereoscópicos en cristal hechos por mi tío-abuelo Julio de la Peña Cussí, entre las que se encontraban las que ilustran este artículo. Aunque en la red hay varias páginas con buenas fotos de estos mismos barcos, las que aquí se incluyen tienen la particularidad de haberse tomado durante los días de su escala en Ferrol.
     Volviendo a la Flota británica y por lo que se deduce de las crónicas del ABC de aquellos días, resulta que el 30 de Enero salieron de Vigo y Villagarcía algunas de las unidades al mando del Almirante May, que arbolaba su insignia en el "Dreadnought", flamante cabeza de serie de los nuevos acorazados británicos que revolucionaron la construcción naval. Después de unos días de mar algunas unidades regresaron al Reino Unido y otras se repartieron por los puertos de La Coruña y Ferrol. En éste último entraron el sábado 11 de Febrero (aunque alguno no lo consiguió a la primera) las siguientes unidades de combate: los Acorazados "Dreadnought", "Collingwood" y "Saint Vincent", el Acorazado Pre-Dreadnought "Agamemnon" y el Crucero de Batalla "Inflexible", además de algunos buques auxiliares.



                             Crucero de batalla "Inflexible"
     Por los periódicos sabemos que antes de realizarse las escalas se reunieron las autoridades militares y locales con los representantes de las empresas que trabajaban en Ferrol en la reconstrucción de nuestro poder naval, con la intención de planear algunos festejos. Aquí es donde la prensa saca lo mejor de su repertorio de "ecos de sociedad", digno de las mejores crónicas del gran "Chalín". El ABC nos informa que en La Coruña se celebró un "garden party" en el Sporting Club y el Ayuntamiento dio un "lunch". Los alumnos de la Escuela de Comercio cantaron (en vez de "Negra sombra", que era lo que tocaba) el himno inglés en el jardín de San Carlos, en donde está la tumba del General John Moore, muerto en combate contra las tropas francesas en 1809. El día 13 se jugó un partido de "balompié" entre el Real Club Deportivo y las dotaciones de dos Cruceros, venciendo los locales por tres "goals" a cero.



                                Acorazado "Collingwood"
     En Ferrol no se quedaron atrás con los agasajos; en el Arsenal se ofreció un almuerzo al Almirante May, a los comandantes de buques y sus oficiales, para lo que se instalaron tres mesas formando las letras del apellido del Almirante, amenizando el almuerzo una rondalla que interpretó obras gallegas. En fantasía los ferrolanos nunca nos quedamos detrás de los coruñeses. En el Teatro (Jofre) la empresa "John Jackson" que construía el dique del Arsenal ofreció un lunch y un baile, y a bordo del buque-insignia se celebró una "matinée" y otros agasajos.
       Como era costumbre en la Marina el Almirante Morgado ofreció un té y un baile en Capitanía, a decir de los cronistas el mejor de los festejos locales. Por su parte el Almirante May y sus Comandantes fueron a "engordar el caballo" al visitar la factoría de la Sociedad Española de Construcción Naval, en donde debía de estar en grada el Acorazado "España", primero de los tres Dreadnought españoles de la Ley Ferrándiz, que tenían menos tonelaje, eslora, velocidad y artillería que sus homónimos británicos, hijos de Fisher, que se construían por la misma fecha. Debió de tratarse de una cuestión de ajustar el diseño a los créditos disponibles: suena familiar. La visita de los esforzados argonautas, que comprobaban que el vellocino de oro seguía siendo suyo, se redondeó con el almuerzo que les ofrecieron.



                               Acorazado "Agamemnon"
      Decía antes que no todos los barcos consiguieron entrar en Ferrol a la primera, pues es bien sabido que los ingleses no se van de Ferrol sin un rasguño, y sino que se lo pregunten a Pulteney. Esta vez los muy contumaces vuelven a varar el Acorazado "Collingwood" en los bajos de Pereiro, salvándose de milagro de un largo franco de ría en Ferrol -y eso que los castillos no hacían fuego- repitiendo así la hazaña del "Howe" en 1892 que para disfrutar de la gastronomía local y restañar los rasguños se quedó casi un año hasta que pudo navegar por sus propios medios. La prensa recoge la absoluta reserva con que se guardó la noticia de la varada y el ABC la achaca a un exceso de confianza, pues desde la varada del "Howe" el bajo estaba perfectamente balizado.
       El día 15 de Febrero los barcos se hacen a la mar y la prensa recoge lo mucho que se comentó, y en todos los tonos, la libertad con que operaron los buques británicos en las rías gallegas y cómo se habían permitido rectificar señales, levantar cartas y colocar boyas como si se encontraran en un puerto británico: otro ejercicio de arrogancia del inglés que te trata con cierta consideración si los consideras superiores, y más aún cuando te están ayudando a reconstruir tu Marina. Menos mal que las fragatas "Leander" no se llegaron a construir, aunque la Marina Española -también a veces contumaz- creía que eran la mejor opción. Tuvieron que pasar algunos años hasta que de nuevo se creyera que el diseño del caza-minas inglés era el mejor para la Armada...ya te digo: contumacia; sería porque nos iban a devolver la roca.
     No quisiera cerrar pareciendo émulo de Bradomín y debo manifestar mi aprecio a muchas de las manifestaciones del carácter del pueblo británico, ni menos ni más que a las de otras naciones europeas, pero es que la gigantesca hipoteca que tenemos en el saldo de nuestras relaciones no la olvido con facilidad, cómo hacen otros a menudo.

1 comentario:

  1. Maravillosas fotografías, una joya. Y más si son en Ferrol, ya que siempre tuve la duda de si algún dreadnought extranjero, a parte de los ``España´´ habían fondeado en la ría. (Predreadnoughts varias veces, en 1892, 1897, 1902 etc...). Gracias por publicarlas.

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